Jefe de fábrica en ASESA

Jordi Salvat
05/02/2021

José Cortázar Eiguren nació en 1963 en Lekeitio (Bizkaia). Estudió en la Escuela Superior de la Marina Civil de Bilbao y es licenciad de la Marina Civil Sección Náutica. Su primera experiencia laboral en el mundo marítimo fue en 1985 y durante años estuvo navegando en diferentes tipos de buques. En un periodo en el que navegaba en asfaltareros transportando betún asfáltico entre Tarragona y Kingston (Canadá), tuvo la oportunidad de entrar en la plantilla de ASESA como técnico de pantalán. Era abril de 1994. También en esta época se inició la expansión del puerto de Tarragona con la construcción por parte de la Autoritat Portuària de la explanada de hidrocarburos.

En su primer año en ASESA, el 10 de octubre, se produjo la histórica riada del río Francolí que dejó totalmente inundada las instalaciones de la empresa. Todas las bombas, motores eléctricos y líneas quedaron sumergidas y el personal de ASESA trabajó sin descanso para normalizar el desastre. También en esa época, en el pantalán de ASESA atracaban los buques de Repsol, ya que en febrero de 1993, el pantalán de Repsol había sufrido graves daños al choca el buque tanque Robert Maersk y destrozar 200 metros del mismo, dejándolo inoperativo.

En el año 2001, Cortázar entró a trabajar como jefe de turno, hasta qué en 2015, por necesidades del departamento de producción, comenzó a trabajar de polivalente de jefe de turno y técnico de pantalán. En 2020, ASESA ha empezado a funcionar con un sexto turno y actualmente desempeña de nuevo el puesto de jefe de turno.

«Trabajar en ASESA me dio una estabilidad laboral y económica diferente a lo que había conocido hasta el momento»

¿Qué recuerda de sus primeros años en ASESA?

Entré en 1994 y era de los más jóvenes en la empresa. Me gustó mucho el ambiente de trabajo y el trato personal. Trabajar en ASESA me dio una estabilidad laboral y económica diferente a lo que había conocido hasta el momento. Siempre he trabajado a turnos y aunque te limita la vida familiar y social, lo he llevado bastante bien, ya que venía del mundo del mar y eso no tiene nada que ver con trabajar en tierra.

¿Por qué?

Me gustaría comentar una anécdota para poder comparar el trabajo en tierra y embarcado. En una ocasión, navegando en un bulkcarrier -barco de transporte de productos a granel- de 250 metros de eslora- llamado Ea, de la Naviera Vizcaína, con un temporal muy fuerte, en un viaje en 1989 desde Buchanan (Liberia) a Gijón cargados con 50.000 toneladas de mineral de hierro, tuvimos que entrar de arrivada, es decir de forma no programada -para evitar un riesgo mayor-, en Vigo, con el castillo de proa del buque debajo del agua. Posteriormente pudimos ver que teníamos una brecha de 8 metros de largo en el costado de babor i habíamos embarcado 9.000 toneladas de agua en una bodega. Trabajar en tierra o en el mar es muy diferente. Mi respeto y admiración a la gente del mar.

¿Qué cambios significativos ha vivido en ASESA durante su etapa laboral?

El primero fue cuando sólo llevaba año 1995 en ASESA, en el control de la fabricación con el proyecto Suscone, mediante el cual se abandonaba la instrumentación neumática y se implantaba el control electrónico de las instalaciones. Fue un salto tecnológico muy importante. Un año después, la Ley de prevención de riesgos laborales 31/1995 supuso un impulso muy fuerte en las condiciones de seguridad de los trabajadores. En esa época, en el pantalán, la Plataforma 6 era la que tenía mayor movimiento de buques. En dicha plataforma de atraque tenían líneas las empresas DOW Chemical, BASF, Aiscondel i IGA y, debido a su alta ocupación, BASF decidió prolongar su línea de propileno a la Plataforma 20, para poder operar con sus buques allí.

En el año 2004 se construye el tanque 37, uno de los mayores del mundo de betún asfáltico con una capacidad de unos 30.000 m3, una clara apuesta de la empresa por el futuro. En 2009 se amplió el cargadero de camiones-cisterna doblando su capacidad y que en 2020 ha permitido establecer un nuevo récord de camiones-cisterna. Un año después entró en funcionamiento la nueva Plataforma 100, que se había construido después de la ampliación del muelle de Andalucía y que permitió el atraque de buques de más tonelaje. También en 2010 se pusieron en marcha dos nuevas plantas: la planta de cogeneración de ciclo combinado de alta eficiencia, con 12,4 millones de euros de inversión y con una capacidad de generación eléctrica de 14,25mwh y que garantiza las necesidades de calor de la refinería y permite exportar a la red eléctrica 11mwh y la planta de recuperación y, por otro lado, la de tratamiento de fuel gas -Planta locat-, que pretendía ampliar la flexibilidad de la refinería en el tratamiento de crudos.

Entre los años 2011 y 2014 se impulsó un plan de acción en pantalán para reducir los riesgos de derrames al mar con una inversión que supera los 7 millones de euros, que tenía tres ejes centrales: avanzar las actuaciones previstas en inspecciones, mejorar el plan de mantenimiento preventivo a partir de las inspecciones e incrementar el plan de vigilancia de las instalaciones.

En los últimos años no se han dejado de llevar a cabo inversiones: en 2013 se implantó el control avanzado en la unidad de destilación, muy relacionado con la búsqueda de la excelencia energética; en 2014 finalizaron los trabajos de renovación de las líneas de crudo, deslastre y fuelóleo en pantalán y se puso servicio el nuevo emisario submarino conjunto y se sustituyó la producción propia de agua desmineralizada por agua de la red de AITASA obtenida a partir del agua regenerada; en 2015 se realizó la sustitución total del fuelóleo por gas natural como combustible de los hornos de proceso; y en 2019 ASESA invirtió 4 millones de euros para aumentar su capacidad máxima de destilación -1,4 millones de toneladas de crudo- un 15%.

«Tenemos en Tarragona la mayor refinería de betún asfaltico del continente europeo y una de las mayores del mundo»

¿En estos años como ha cambiado la plantilla?

En ASESA ha habido un relevo generacional de la plantilla que se ha llevado a cabo de forma exitosa. La gente joven que entra está muy preparada. Gracias a la aportación de todas las personas que han pasado por ASESA lo largo de los años, hemos llegado al nivel actual. Sólo quedan cinco personas que estaban cuando entré en ASESA, en una plantilla que actualmente es de 113 personas.

La seguridad en la industria petroquímica ha aumentado mucho los últimos años. ¿Cómo lo ha notado en su día a día?

ASESA siempre ha tenido un compromiso claro con la seguridad. Entre 2001 y 2010 culminó un periodo de 8,8 años sin accidentes con baja de personal propio, dato por el cual mereció 14 premios de COASIHQ (Comisión Autónoma de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Industrias Químicas y Afines).  En el año 2006 ASESA definió unos planes estratégicos de inversión, en los cuales uno de los objetivos estratégicos es mejorar la disponibilidad y la seguridad de las instalaciones. Uno de los compromisos de ASESA es el de cero accidentes personales, industriales y ambientales. Desde entonces, se han efectuado inversiones importantes relacionadas con la seguridad, como dotar de suministro eléctrico de emergencia en refinería y pantalán, asegurar el caso de fallo de suministro eléctrico, el servicio de bombeo del sistema de contraincendios tanto en unidad como en pantalán o adecuar la iluminación en cubetos de tanques de almacenamiento. Además, se han instalado sistemas de detección y extinción automática en zonas de destilación y hornos, colocado barandillas en pasarelas en racks, válvulas de corte automáticas de fondo de recipientes, adecuado de un sistema de cámaras de vigilancia perimetral, se han efectuado intervenciones en tanques de almacenamiento sustituyendo anillos de refrigeración y espuma, y se ha adecuado el plan de inspecciones.

¿Cómo cree que será su futuro en la empresa?

ASESA tiene en Tarragona la mayor refinería de betún asfaltico del continente europeo y una de las mayores del mundo. Es un referente mundial. Tenemos capacidad para producir 1,2 millones de toneladas al año de betún asfaltico y un tancaje, qué junto a nuestro pantalán, nos permite cargar buques asfalteros de 40.000 toneladas con una sola calidad de betún y en un tiempo récord. Tenemos una gran capacidad de adaptarnos a las diferentes oportunidades que aparecen en el mercado mundial y un conocimiento de las dietas de crudos a emplear para obtener las diferentes especificaciones de betún, que nos hacen ser reconocidos a nivel mundial. Hasta el año 2010, la producción se repartía al 50% entre el mercado nacional y las exportaciones, pero la crisis económica ha generado cambios. Hoy en día la situación es totalmente diferente, siendo un 80% la producción que se dedica a exportación. Todo ello hace que sea positivo en relación al futuro de la empresa. En cuanto a mis expectativas de futuro, mantengo la ilusión del comienzo unido a la experiencia que te dan los años de trabajo. Espero seguir trabajando en el mismo puesto durante los próximos años.

«En un año tan complejo como el 2020 con el Covid-19, el sector químico de Tarragona ha demostrado una gran fortaleza»

¿Como considera que será el futuro del polígono petroquímico de Tarragona?

En un año tan complejo como el 2020 con el Covid-19, el sector químico de Tarragona ha demostrado una gran fortaleza y tiene que ser la tire del carro para volver a recuperar la economía. En el año 2021 no parece que se pueda volver a la normalidad total, pero en crisis anteriores como la del 2008 se pudo salir apostando por la tecnología y buscando nuevos mercados. El futuro del polígono petroquímico de Tarragona está enlazado con el del puerto y teniendo en cuenta las inversiones que está haciendo la Autoridad Portuaria para un futuro no muy lejano, junto a las inversiones de las empresas concesionarias en el puerto, darán lugar a que el puerto de Tarragona sea un referente logístico en el sur de Europa. En mi opinión, el futuro es prometedor.

¿Cómo ha afectado la Covid-19 y el estado de alarma a ASESA?

En ASESA se ha trabajado desde el comienzo de la pandemia para proteger la salud de todas las personas. Todo el personal no indispensable ha efectuado teletrabajo, se han ido repartiendo EPIs de forma regular entre todo el personal de periódicamente. Se ha elaborado un protocolo de actuación en caso de posible positivo por Covid-19. También a través de notas informativas se ha informado al personal sobre uso de comedores, vestuarios, etc… Las formaciones anuales se han llevado a cabo a través de la plataforma TEAMS desde casa. Se han emitido certificados para facilitar la movilidad de los empleados al centro de trabajo, certificados de autorresponsabilidad de entrada y salida de la comarca. en las operativas del pantalán y en el cargadero de cubas se han extremado las precauciones por la naturaleza propia de su trabajo. Hay que seguir trabajando como hasta ahora para minimizar el riesgo de contagio y tener paciencia ya que con la campaña de vacunación en marcha se empieza a ver el final del túnel.

¿Qué consejo le daría a un joven que se incorpora a trabajar en el sector químico de Tarragona?

Le diría que es una salida profesional muy buena, que le puede garantizar un empleo de calidad y ofrecer estabilidad para el futuro. Le diría que trabajase con responsabilidad y compromiso con su empresa, y que no perdiese la capacidad de seguir aprendiendo todos los días. En este año 2020 que ha sido terrible debido a la pandemia del Covid-19, la petroquímica de Tarragona ha demostrado la importancia del sector para mantener los puestos de trabajo. A nivel nacional ha quedado demostrado que la deslocalización de la industria hacia otros países es un error que ha salido caro.

ASESA, especializada desde hace 55 años en el refino a la obtención de betunes asfálticos

Asfaltos Españoles, S.A. (ASESA) fue constituida el 22 de julio de 1965, por la Compañía Española de Petróleos, S.A. (CEPSA) y por la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A. (CAMPSA). Desde sus inicios, la empresa ubicó sus instalaciones en el Polígono Industrial Sur de Tarragona, del cual es una de las industrias pioneras, y especializó su actividad de refino en la obtención de betunes asfálticos. El personal era mayoritariamente del territorio, especialmente de la zona marinera del Serrallo de la ciudad de Tarragona. La instalación inicial disponía de una capacidad de destilación de unas 700.000 toneladas de crudo, con una obtención de unas 500.000 toneladas de betún asfáltico y el resto de destilados.

La década de los años 70 fue una época de crecimiento y consolidación de la empresa con la ampliación del parque de tanques de almacenamiento y la puesta en marcha de la planta de tratamiento de las aguas residuales. ASESA fue de las primeras empresas del polígono industrial de Tarragona en disponer de una planta depuradora de tipo fisico-químico y biológico, sustituyendo su planta anterior de solo decantación. En los años 80 tuvo lugar una importante tecnificación de la empresa, con la incorporación de personal de alta cualificación técnica. Se apuesta de manera importante por el conocimiento de los crudos y del betún asfáltico, llegando ASESA a detentar un claro liderazgo tecnológico a nivel estatal.

Desde los años 90, ASESA es una empresa participada al 50% por CEPSA y REPSOL, una vez que esta última adquirió la participación que en la compañía tenía el Instituto Nacional del Hidrocarburo, quien en su momento había adquirido la que originariamente tuvo CAMPSA. Desde sus inicios ASESA, con un 8% de la totalidad de las acciones, es uno de los principales accionistas de la empresa AITASA (Aguas Industriales de Tarragona, S.A.), la cual tiene sus orígenes también por aquel entonces.