El Grupo BASF cierra 2019 con ventas de 59.300 M, un 2% menos

B.Q.
02/03/2020

Durante el ejercicio de 2019, BASF generó ventas por valor de 59.300 millones de euros; el ligero descenso de las ventas en comparación con el ejercicio anterior estuvo marcado por una disminución de los precios y los volúmenes. El resultado de explotación (EBIT) antes de extraordinarios se situó en 4.500 millones de euros, lo que supone una caída de 1.700 millones de euros con respecto a los niveles del año anterior como resultado de una menor contribución de los segmentos de Materiales y Productos Químicos.

«Nuestra compañía fue logrando buenos resultados, aun en los momentos más difíciles. 2019 fue un año complicado marcado por condiciones muy adversas para la economía global», declaró Martin Brudermüller, presidente de la Junta Directiva de BASF, quien se encargó de presentar los resultados financieros de 2019 junto con el CFO de la compañía, Hans-Ulrich Engel. Los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos tuvieron un impacto negativo. Por su parte, la evolución de los mercados de venta claves se ralentizó. A todo ello, hay que sumar las incertidumbres relacionadas con el Brexit. Asimismo, el crecimiento de la producción industrial y química se mostró considerablemente más bajo de lo esperado, como también disminuyó de forma significativa la demanda en varios sectores de los clientes principales, sobre todo en el sector automovilístico.

Las perspectivas para 2020 son de un crecimiento de las ventas de entre 60.000 y 63.000 millones de euros

«Logramos aumentar nuestras ganancias en todos los segmentos de especialidades a pesar de las dificultades del entorno de mercado. Por desgracia, estas no pudieron compensar el debilitamiento del negocio de productos químicos básicos», comentó Brudermüller. El EBIT antes de extraordinarios en los segmentos de Materiales y Productos Químicos pasó de los 2.200 millones a los 1.800 millones de euros. Los factores que tuvieron un impacto negativo y propiciaron este resultado fueron la abrupta caída de los precios del isocianato, unos menores márgenes en el craqueo, los mantenimientos programados en los craqueadores y una demanda, en términos generales, más baja.

En cambio, en los segmentos de especialidades, BASF experimentó una mejora considerable con respecto a los niveles del año anterior. De esta manera, el segmento de Soluciones Industriales registró un aumento significativo del EBIT antes de extraordinarios en sus dos divisiones, lo que se debe principalmente a unos menores costes fijos, a unos efectos de divisa positivos y a un aumento de los márgenes. De igual forma, el EBIT antes de extraordinarios del segmento de Tecnologías de Superficie también experimentó un incremento notable. En el segmento de Nutrición & Cuidado, el EBIT antes de extraordinarios acusó un ligero crecimiento gracias una mejora considerable de la contribución de la división de Cuidado Personal. Por su parte, el segmento de Soluciones Agrícolas logró también aumentar su EBIT antes de extraordinarios de forma nada desdeñable. «Los activos y los negocios adquiridos de manos de Bayer mostraron un magnífico rendimiento y contribuyeron en gran medida al aumento de las ventas y las ganancias», señala Brudermüller.

En 2019, el EBIT del Grupo BASF pasó de los 6.000 a los 4.100 millones de euros. Por su parte, el EBITDA antes de extraordinarios sufrió un descenso de un 11% en comparación con 2018, hasta situarse en 8.200 millones de euros. El EBITDA alcanzó los 8.000 millones de euros, frente a los 9.000 millones de 2018. Asimismo, los ingresos netos aumentaron hasta los 8.400 millones de euros, tras haber alcanzado los 4.700 millones de euros en el ejercicio anterior. Dentro de esta cifra, cabe señalar un beneficio contable de unos 5.700 millones de euros como resultado de la desconsolidación de Wintershall tras la fusión con DEA.

Evolución de las ventas y las ganancias del Grupo BASF durante el cuarto trimestre de 2019
En el cuarto trimestre de 2019, las ventas alcanzaron los 14.700 millones de euros, lo que supone un descenso de un 2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Tanto los volúmenes como los precios disminuyeron un 1%. Los efectos de cartera resultantes de la transferencia de los negocios de productos químicos para papel y agua a Solenis fueron del -1%. Por su parte, los efectos de divisa ejercieron una ligera influencia positiva del 1% sobre la evolución de las ventas.

En lo que respecta al EBIT antes de extraordinarios, este se situó en los 765 millones de euros, mostrando así un aumento del 23% en comparación con el cuarto trimestre de 2018. Dicho aumento estuvo propiciado por unas ganancias considerablemente más altas en los segmentos de Soluciones Agrícolas, Nutrición & Cuidado, Soluciones Industriales y Tecnologías de Superficie. En términos generales, estos segmentos pudieron compensar con creces el acusado descenso que experimentaron los segmentos de Productos Químicos y Materiales durante el cuarto trimestre del ejercicio.

Los extraordinarios del EBIT acusaron un resultado de -305 millones de euros. Durante el cuarto trimestre de 2018, la cifra había sido de -151 millones de euros. Durante el último trimestre del ejercicio de 2019, se registraron gastos especiales particularmente en los segmentos de Soluciones Industriales y Otros. En Otros, dichos gastos fueron el resultado de la implantación del Programa de Excelencia. Asimismo, la desinversión del negocio de pigmentos de BASF tuvo efectos extraordinarios puntuales sobre el segmento de Soluciones Industriales. El EBIT, por otro lado, disminuyó en un 2% durante el cuatro trimestre de 2019 hasta situarse en 460 millones de euros.

Los flujos de caja del Grupo BASF en 2019
Los flujos de caja operativos fueron de 7.500 millones de euros, lo que representa un descenso de 465 millones de euros con respecto a 2018. Los flujos de caja de las actividades de inversión en 2019 arrojaron un resultado de -1.200 millones de euros, frente a los -11.800 millones del ejercicio anterior. Los pagos realizados en concepto de activos inmateriales e inmuebles, fábricas y equipamientos se situaron, con una cifra de 3.800 millones de euros, a un nivel ligeramente inferior al del año anterior. En 2019, los pagos recibidos por desinversiones fueron del orden de 2.500 millones de euros, superiores a los del pasado ejercicio. Esto se debe, principalmente, a las entradas de efectivo relacionadas con la fusión de Wintershall y DEA. Asimismo, los pagos realizados en concepto de adquisiciones a lo largo de 2019 ascendieron a 239 millones de euros, frente a los 7.400 millones del ejercicio anterior, que contenían básicamente el pago de la adquisición abonado a Bayer.

A pesar del notable descenso de los flujos de caja operativos, el flujo de caja libre alcanzó los 3.700 millones de euros aproximadamente, en comparación con los 4.000 millones de euros de 2018.

Unos objetivos ambiciosos en materia de sostenibilidad
BASF se ha impuesto el objetivo de lograr, antes de 2030, un crecimiento neutro desde el punto de vista de las emisiones de CO2, lo que significa que la compañía aspira a mantener el total de las emisiones de gases de efecto invernadero de sus plantas y sus compras de energía a niveles de 2018 al tiempo que incrementa la producción.

En comparación con las cifras de 2018, las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero de BASF en 2019 se redujeron en un 8% hasta situarse en 20 millones de toneladas métricas. Esto se debe principalmente a las paradas de mantenimiento de algunas plantas grandes, entre otros motivos. Además, BASF ha actualizado sus acuerdos de suministro de energía y ha ido implantando medidas para aumentar su eficiencia energética y optimizar sus procesos.

Desde BASF, se espera que las emisiones de 2020 vuelvan a aumentar hasta los niveles de 2018, en parte por la menor cantidad de mantenimientos programados y por la adquisición del negocio de poliamida de Solvay.

Dividendo propuesto de 3,30 € por acción
«Queremos ir aumentando nuestro dividendo por acción cada año. Una de nuestras máximas prioridades es lograr una política de dividendos progresiva y predecible. Por este motivo, propondremos a la Junta Anual de Accionistas un pago de dividendos de 3,30 € por acción», comenta Brudermüller. Esto supone un incremento de 0,10 €. En suma, se propondrá ante la Junta Anual de Accionistas un pago total de 3.000 millones de euros a los accionistas de BASF. Esta cuantía queda cubierta en su totalidad por el flujo de caja libre en 2019. Así, una vez más, BASF ofrece una rentabilidad por dividendo muy atractiva, del 4,9%.

Implementación de la estrategia de BASF
«Aprovechamos 2019 para implantar nuestra estrategia corporativa con energía, entusiasmo y celeridad. Hemos entrado en el nuevo año con una organización reestructurada, una mejor complejidad, una administración más eficiente y procesos simplificados», explica Brudermüller. Se han asignado partes significativas de los servicios funcionales a las divisiones. Para el 1 de octubre, 20.000 empleados de todo el mundo habían completado ya este paso. Asimismo, se ha establecido una sede social sencilla y eficiente con alrededor de 1.000 trabajadores. Una nueva unidad, llamada Global Business Services, lleva en funcionamiento desde el 1 de enero. Cuenta con unos 8.800 colaboradores que prestan servicios internos en todo el mundo en función de la demanda, en áreas como, por ejemplo, finanzas, control, contratación y cadena de suministro. De esta manera, se reforzará la competitividad de los negocios de BASF. Ahora bien, tal y como ha remarcado Brudermüller, la estrategia todavía no se ha acabado de implementar: «Se han iniciado las medidas clave, pero todavía hay muchos detalles en los que tenemos que trabajar durante este año». Todas estas medidas están destinadas a reconducir a BASF por la senda del crecimiento rentable, con una clara orientación hacia el cliente y una organización ágil.

Implementación acelerada del Programa de Excelencia
BASF ha dado un impulso a la implementación de su Programa de Excelencia actual. En palabras de Brudermüller: «Tenemos el convencimiento de que podemos lograr nuestro objetivo de una contribución anual del EBITDA de 2.000 millones de euros para finales de 2021». En 2019, se consiguieron unas contribuciones positivas del EBITDA del orden de 600 millones de euros, con unos costes asociados de unos 500 millones de euros. Durante el año en curso, BASF espera que esta implementación acelerada dé como resultado una contribución del EBITDA de entre 1.300 y 1.500 millones de euros. Se estima que los costes extraordinarios asociados oscilen entre los 300 y los 400 millones de euros, aproximadamente.

BASF también ha acelerado la simplificación de su organización Si bien había anunciado una reducción de 6.000 puestos en todo el mundo para finales de 2021, ahora se espera que esta cifra vaya a alcanzarse para finales de 2020. El año pasado, BASF ya redujo 3.100 puestos en todo el mundo.

Gestión activa de la cartera
BASF ha introducido una serie de medidas en relación con su cartera. Por una parte, la adquisición del negocio de poliamida de Solvay concluyó el 31 de enero de 2020. El precio de compra fue de 1.300 millones de euros. «Esta adquisición redundará en beneficio de nuestros clientes, puesto que ahora ofrecemos una cartera complementaria y contamos con una mayor presencia a nivel regional y con un suministro con una fiabilidad aún mayor», explica Hans-Ulrich Engel.

Por otra parte, BASF ha alcanzado un acuerdo con Lone Start para la desinversión del negocio de productos químicos para la construcción por un importe de 3.170 millones de euros. Se espera que el proceso culmine durante el tercer trimestre de 2020. El negocio global de pigmentos de BASF pasará a formar parte de DIC, la compañía japonesa de productos especializados, por un precio de compra de 1.150 millones de euros. Se espera que la transacción finalice durante el cuarto trimestre de 2020.

Asimismo, la fusión de Wintershall y DEA se completó el pasado año, dando como resultado la mayor compañía europea independiente de exploración y producción. BASF posee un 72,7% de participaciones de Wintershall Dea; Letter One, el 27,3% restante. En palabras de Engel: «La integración va avanzando según lo previsto y se espera que culmine en diciembre de 2020. Para 2022, esperamos sinergias de 200 millones de euros anuales, como mínimo. La oferta pública inicial está planificada para la segunda mitad de 2020, en función de las condiciones del mercado».

La adquisición de los negocios de Bayer, un paso acertado
BASF considera que la adquisición de los negocios de Bayer en el segmento de Soluciones Agrícolas fue un paso muy acertado. «La integración de los negocios se completó en un año. Estos generaron ventas de 2.200 millones de euros en 2019 y una contribución de más de 500 millones de euros al EBITDA antes de extraordinarios», comenta Engel. «Para 2025, queremos que la adquisición dé todavía más ventas del orden de 500 millones de euros. Creemos que vamos por buen camino para lograr este objetivo».

Perspectivas del Grupo BASF para 2020
«Durante los dos primeros meses del presente año, ya hemos experimentado un alto grado de incertidumbre en la economía global. El coronavirus ha supuesto un factor añadido que está dificultando considerablemente el crecimiento al inicio del año, particularmente en China. Una demanda más baja y parones en la producción en diversos sectores son ya las consecuencias visibles de las medidas que se han emprendido para evitar una mayor propagación del virus», señala Martin Brudermüller.

BASF prevé que los efectos negativos del coronavirus tengan un impacto significativo alrededor del mundo, sobre todo durante el primer y el segundo trimestre de 2020. Actualmente, estas predicciones no contemplan una propagación mundial del virus, que supondría un notable revés para la economía global más allá del primer semestre del año. En palabras de Brudermüller: «Pese a todo, no creemos que los efectos del coronavirus vayan a paliarse por completo a lo largo del año».

De esta manera, BASF espera que la economía global crezca en un 2%, es decir, a un ritmo significativamente menor que en 2019 (2,6%). La compañía anticipa un crecimiento de la producción química global del 1,2%, muy por debajo de los niveles de 2019 (1,8%). Esto representaría, con diferencia, el crecimiento más bajo desde la crisis financiera de 2008/2009.

Por otro lado, BASF prevé un precio promedio del barril de petróleo (Brent) de 60 $ y un tipo de cambio promedio de 1,15 $ por euro.

En palabras de Brudermüller: «Aspiramos a incrementar nuestras ventas en cifras de entre 60.000 y 63.000 millones de euros, aunque el entorno siga siendo complicado y se caracterice por un alto grado de incertidumbre». Se espera que el EBIT antes de extraordinarios del Grupo BASF se sitúe entre los 4.200 millones y los 4.800 millones de euros (frente a los 4.500 millones de euros de 2019). Por su parte, se prevé que el retorno del capital invertido (ROCE) sea de entre el 6,7 y el 7,7% (en 2019, fue del 7,7%) y que, por lo tanto, se sitúe por debajo del porcentaje de coste del capital del 9%.

«Esperamos un ligero crecimiento en la mayoría de los sectores de nuestros clientes. Ahora bien, en el caso de la industria automovilística, prevemos que la producción siga disminuyendo», comenta Brudermüller. En el marco de las previsiones de BASF para 2020, se cree que no habrá más medidas para apaciguar los conflictos comerciales entre Estados Unidos y sus socios y que el Brexit no tendrá mayores repercusiones económicas durante la fase de transición.

Inversiones en crecimiento orgánico
Brudermüller también comentó las perspectivas de inversiones futuras. Para los próximos cinco años, BASF planea realizar inversiones de capital por valor de 23.600 millones de euros. Más de un tercio de esta cifra se destinará, entre 2020 y 2024, a las áreas de crecimiento principales, que son los dos macroproyectos de Asia (a saber, la planta de Verbund situada en Cantón y el complejo químico de Mundra, en la India), así como en el negocio de los materiales para baterías.

En palabras de Brudermüller: «Todo esto significará particularmente un cambio en nuestro enfoque regional. Durante los próximos cinco años, destinaremos un 41% de nuestras inversiones a la región de Asia-Pacífico y un 34% a Europa». A modo de comparación, para el periodo de planificación de 2019-2023, las cifras fueron de un 27% para Asia-Pacífico y un 43% para Europa. Para 2020, BASF planea realizar inversiones de capital (incorporaciones a inmuebles, fábricas y equipamientos, excluyendo adquisiciones, inversiones en TI, obligaciones de restitución y los activos por derecho de uso derivados de arrendamientos) por valor de 3.400 millones de euros (frente a los 3.300 millones de euros de 2019).